El diario plural del Zulia

Ramón Guillermo Aveledo | Convivencia democrática nacional

“Es obligante la recuperación y consolidación de la convivencia democrática nacional” dijo Monseñor Ovidio Pérez Morales en su homilía del domingo 4 de mayo, en la misa con motivo del Centenario del Nacimiento de Luis Herrera Campíns. La palabra del prelado tachirense, obispo auxiliar en Caracas, obispo en Coro y arzobispo en Maracaibo y Los Teques fue, como es propio de él, densa y docta.

De bote en bote el templo, con el calor húmedo de una mañana de mayo, el mensaje resonó con acentos tan cristianos como venezolanos. Por personas humanas, todos somos inevitablemente “políticos”, zoon politikon aristotélico. Hablar de “meterse “o “no meterse en política” es una contradicción en sí misma, pues hay una politicidad estructural en la persona, por inseparable indispensable para completar la existencia auténtica, con resonancias de aquel Ignace Lepp cuya lectura nos conmovió en la juventud, con su camino de Marx a Cristo al constatar el Estado Policial, la esclavitud moderna y el terrorismo oficial, propios del socialismo realmente existente.

A Monseñor Ovidio lo conocí la noche del 13 de mayo de 1973, en la Galería de Arte de la Biblioteca de la UCV. Él era panelista y yo, estudiante de quinto de Derecho, moderador en un foro con motivo de la muerte, ese abril, de Jacques Maritain. El humanista francés nos acercó por primera vez y en la vida he tenido el inmenso regalo de la amistad de este pastor bueno y sabio.

Sus palabras del 4 de mayo, cumpleaños de su amigo de juventud, son jugosas para la reflexión venezolana. Convivencia democrática nacional, dijo, es obligante recuperarla y consolidarla.

¿Qué es convivir? Es vivir juntos, vivir en compañía de otros, vivir en armonía. Convivir es más que vivir al mismo tiempo, vidas paralelas y solitarias. Es mucho más que coexistir.

¿Qué es democracia? La etimología de la propia palabra griega lo dice simplemente: gobierno del pueblo. Una idea sencilla muy difícil de poner en práctica, sin embargo, no se ha inventado nada mejor que ella para gobernar las sociedades en lo que va de historia. El político y pensador norteamericano Eugene McCarthy, tiene mi definición favorita de democracia, la que no me canso de repetir a mis estudiantes: “Una filosofía de la organización política y social que da a los individuos un máximo de libertad y un máximo de responsabilidad”. La democracia, agrega, requiere de instituciones y de elecciones libres.

¿Qué es una nación? En la escuela aprendimos que es un conjunto de personas que comparten identidad común, lengua, cultura, historia y generalmente un territorio. Lo que se llama un pueblo. Si decimos nacional decimos todos. No excluimos, no dividimos, no discriminamos. Lo nacional nos acoge, por encima de todas las diferencias que existen y existirán, porque son naturales. La sociedad que forma la nación es así, plural.

La convivencia democrática nacional será entonces una idea radicalmente humana. Es lo que todos queremos y, lógico, es lo que a todos nos conviene.

¿Qué es recuperar? Sinónimo de rescatar, retomar, reconquistar es volver a adquirir lo que se tenía. También volver a poner en servicio lo que estaba inservible. Un motor dañado, por ejemplo. Una nevera que no enfría.

¿Qué es consolidar? Afianzar, fortalecer, afirmar, estabilizar. No basta con recuperar, hay que estabilizar lo recuperado, fortalecerlo para que no vuelva a perderse.

¿Qué es obligación? Vínculo que sujeta a hacer algo. También imperativo moral que debe regir la voluntad libre.

Si es “Obligante la recuperación y consolidación de la convivencia democrática nacional” me parece que tenemos mucho trabajo por delante y es mejor no dejarlo para otro día. Respeto a quien piense distinto pero siento que tengo oportunidad de dar un paso hacia allá el 25 de mayo, no voy a desaprovecharla.

Lea también
Comentarios
Cargando...