Asilados en la Embajada argentina piden a Lula da Silva mediar por salvoconductos

Claudia Macero, Pedro Urruchurtu, Humberto Villalobos, Magalli Meda y Omar González Moreno, opositores miembros del equipo de María Corina Machado refugiados en la Embajada argentina en Caracas, enviaron este lunes una carta al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en la que le reclaman una acción urgente para garantizar su salida segura de Venezuela.
“Llevamos más de un año esperando una acción concreta que garantice nuestra salida segura, acompañados por su gobierno”, escribieron los firmantes.
Desde agosto de 2024, tras la expulsión del personal diplomático argentino, la representación diplomática quedó bajo la protección de Brasil. Sin embargo, a pesar de múltiples gestiones, las autoridades venezolanas no han emitido los salvoconductos necesarios, prolongando una crisis que los asilados describen como “una cárcel” en pleno centro de Caracas, citó Infobae.
En su carta, fechada el 28 de abril de 2025, los asilados exponen las condiciones inhumanas a las que han sido sometidos: “Hoy cumplimos 404 días desde que ingresamos en esta sede diplomática, y más de cinco meses sin electricidad ni agua directa, en condiciones que violan los derechos humanos básicos”, denuncian.
La situación se agrava, señalan, por el “asedio policial constante” en los alrededores de la embajada, lo que constituye “una clara violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”. La falta de servicios básicos y la vigilancia continua han deteriorado gravemente su salud física y mental. “El silencio duele mucho”, expresan.
En un llamado directo a Lula da Silva, recuerdan que, al asumir la representación de Argentina en Venezuela, su gobierno asumió también la responsabilidad de protegerlos: “Esperábamos lo mismo, aún más siendo su administración una defensora histórica de los derechos humanos”.
El tono de la carta oscila entre el agradecimiento y la recriminación. Los asilados reconocen los principios históricos de Brasil en defensa de la libertad y los derechos humanos, pero subrayan su decepción por la falta de avances: “Sentimos alivio y gratitud por la protección de Brasil (...). Sin embargo, nuestra situación se agrava, el tiempo se ha prolongado de manera inaceptable y, en nuestra opinión, Brasil no ha exigido con claridad y celeridad una solución diplomática para esta grave situación”.
Los asilados contrastan su caso con otros antecedentes recientes en los que el gobierno brasileño gestionó con rapidez salvoconductos para personas procesadas o condenadas por delitos graves. “¿Por qué algunos reciben protección inmediata y solución urgente, mientras que nosotros somos condenados a meses de silencio?”, interrogan.
Además, advierten sobre el daño a la imagen internacional de Brasil: “Hoy, la bandera de Brasil es humillada, como somos humillados nosotros a diario dentro de esta embajada que han convertido en cárcel. Nos afecta a nosotros, pero también afecta el honor y la dignidad de su país”.
Y agrega la carta: “Es difícil no notar la contradicción en la forma en que el gobierno brasileño ha manejado casos similares, incluso involucrando a personas procesadas y condenadas por delitos graves, en los que la gestión eficiente y rápida de su gobierno para que se concedieran los salvoconductos fue evidente, algo que no ha ocurrido en nuestro caso que somos inocentes. ¿Por qué algunos reciben protección inmediata y solución urgente, mientras que nosotros somos condenados a meses de silencio?”.
Hasta el momento, el gobierno brasileño no ha emitido una respuesta pública a la carta. La situación de los asilados sigue siendo un doloroso símbolo de la crisis política venezolana y un desafío abierto para la diplomacia regional.