Rixio Portillo | Francisco de todos, con todos, en todos

La noticia del tránsito al cielo del querido papa Francisco permite hacer una serie de comentarios sobre su servicio a la Iglesia, pero sobre todo sobre el fecundo legado en tareas concretas que deja.
Un papa de la contemporaneidad que respondió a la avidez mediática de la opinión pública pero no desde la estridencia autorreferencial, sino desde la sencillez y autenticidad; si algo llamaba la atención era la simpleza y normalidad con la actuaba.
El papa de todos, porque indistintamente de las sensibilidades no solo fue un papa católico o cristiano, su liderazgo trascendió la religión misma, intentando acercarse a todos. Con el mundo hebreo con infinidades encuentros y amistad con rabinos; con el islam con los sunitas y chiitas; con los no creyentes, haciéndolos sentir hijos, hermanos, amigos.
Con todos, porque no hubo situación humana en la que no se sintiese implicado; pobres, migrantes, excluidos, enfermos, presos, pecadores, niños, ancianos, mujeres, sobrevivientes de tragedias, ricos, empresarios, artistas, políticos de todas las tendencias; con todos, estuvo con todos, los recibió a todos, los escuchó a todos.
En todos porque el huracán mediático en el que estuvo expuesto con periodistas, entrevistas, comentarios, le hizo ofrecer comentarios sobre todo; y no desde la generalidad banal, sino desde el evangelio; tecnología, cultura, sociedad, corrupción, tradiciones, conflictos, guerras, educación, salud, política, ecología, inteligencia artificial, en todos sobresalió su visión de horizontalidad alargada de bien.
Un recuerdo personal
En lo personal, mi acercamiento a profundidad con el Santo Padre fue a partir de mi investigación doctoral en el Instituto Universitario Sophia, en Loppiano, Italia, motivado por mis profesores asesores, Bennie Callebaut y Pál Tóth, quienes insistieron en trabajar con el magisterio del Papa. La obra será publicada por PPC España, por lo que seguramente será una forma de continuar el fecundo legado del papa y su empeño de una Iglesia en salida.
En el año 2023 pude entregarle un primer manuscrito; por los nervios del encuentro tenía en mis manos unos libros y un marca libro que había sido recuerdo de mi disertación doctoral y al verlo acercarse salió volando el pequeño trozo de papel; el papa hizo un gesto a varios metros y pidió a sus colaboradores que recogieran la pequeña estampa; incluso de lejos estaba pendiente. Al momento, le entregué el libro, le di la mano, le expliqué de dónde era y empezó a revisar el texto, en unos breves instantes demostró interés en el contenido. Me salió decirle espontáneamente: ¡Gracias Santo Padre, por enseñarnos a dialogar!
El legado en nosotros
El mundo le debe hacer vivo el llamado a la fraternidad y la amistad social, en medio de discursos de odio extremos, unido a la sed y avaricia de poder, y en dictaduras groseras que pisotean la dignidad de las personas y de los pueblos. Ni mudo ni indiferente ante el mal de su continente.
Los católicos le debemos una sincera disculpas por la incomprensión de su propuesta evangélica, el todos, todos, todos, no era una simpleza popular sino desde su vocación misionera “me hizo todo con todos para ganarlos a todos” (1Cor 9, 22).
Los católicos que dicen seguirle y conocerle, comprender la profundidad de su propuesta de unidad en la diversidad reconciliada, no fue el papa de los antagonismo, sino del contraste, herencia del pensamiento de Romano Guardini en el joven Bergoglio, idea que comenté en varios de mis artículos en 2022, y 2023, antes de muchas otras interpretaciones similares.
A la Curia Romana y al colegio episcopal, su legado de pastores con olor a oveja, con la sencillez en forma y fondo, en clave sinodal, en la manera de vivir, de ser Iglesia, de servir, de hacerse el último, y de trabajar sin descanso hasta gastarse. Un cercano colaborador decía en los últimos días: “El papa está entregado”, no supo hacer otra cosa que entregarse.
Artículo tomado de la Revista Nueva Vida Digital.