El diario plural del Zulia

Pietro Parolin, el cardenal italiano cercano a Venezuela que suena para suceder a Francisco

El actual secretario de Estado de la Santa Sede del Vaticano cuenta con una experiencia diplomática y una prolongada trayectoria que lo ubican en la lista de posibles sucesores del argentino. Su experiencia en el país como nuncio es recordada por muchos feligreses de la Iglesia católica

¿Por qué el italiano Pietro Parolin es el máximo candidato para ser el futuro Papa de la Iglesia Católica? El Cardenal italiano se postula como el máximo candidato a retomar el legado del Papa Francisco y ser el sumo pontífice número 267 dentro de la lista papal.

Nacido el 17 de enero de 1955, en Schiavon, provincia de la ciudad italiana Vicenza. No fue hasta 1980 cuando fue nombrado sacerdote, sin que sirva de impedimento, continuó con sus estudios de Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma finalizándolos seis años después de su nombramiento.

Actualmente ocupa el cargo de secretario de Estado de la Santa Sede del Vaticano. Su experiencia diplomática y la prolongada trayectoria que ha cosechado a lo largo de los años son algunos de los alicientes que podrían decantar la balanza en su favor.

En el transcurso de carrera llevó a cabo misiones en distintas partes del mundo. Durante sus primeros años viajó a localidades africanas como Nigeria y norteamericanas como México. Tras su nombramiento en 2002 como subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado emprendió viajes a Oriente Medio, China y Corea del Norte.

Bajo el papado de Benedicto XVI, en 2009, fue el encargado de representar a la Santa Sede en Venezuela, tratando de llegar a un entendimiento entre la Iglesia católica y el gobierno chavista. Finalmente, en 2013, recibió el cargo que hoy ostenta bajo las órdenes del que podría ser su predecesor en el papado.

Pietro Parolin, como el Papa Francisco, no ha estado exento de controversia durante los últimos años y sus similitudes con el difunto pontífice así lo atestiguan. Hasta ayer mismo era considerado el segundo hombre más importante de toda la estructura eclesiástica. No obstante, su liderazgo y la capacidad diplomática que demostró en actos, como los acuerdos firmados entre la Santa Sede y China, le posicionan como la figura heredera.

En el norte del sur

Bajo el papado de Benedicto XVI, en 2009, fue el encargado de representar a la Santa Sede en Venezuela, tratando de llegar a un entendimiento entre la Iglesia católica y el gobierno chavista. Finalmente, en 2013, recibió el cargo que hoy ostenta bajo las órdenes del que podría ser su predecesor en el papado.

En los cuatro años que vivió el Cardenal Parolin en Venezuela (2009-2013), el país atravesó diversas y difíciles situaciones. Primero le tocó manejar con diplomática y determinada pericia las agrias relaciones que existían entre Miraflores y la Iglesia para el momento de su llegada. Pero luego de superado este delicado impasse institucional, Parolin tuvo la agudeza y la inteligencia para leer la complejidad de la situación nacional, conocer las causas del profundo conflicto venezolano entender las posiciones, hacer empatía con las partes y comprenderlas y, sobre todo, darse cuenta de cuál es la solución y ofrecer una vía para ello.

Su posición es clara. El problema en Venezuela sólo tiene una verdadera solución: el camino de la paz y del reconocimiento mutuo, que las partes se enfoquen en la reconciliación. Puede sonar a lugar común, pero no lo es. Puede resultar una ingenuidad, pero tampoco lo es”, aseguró en un artículo Juan Salvador Pérez, director de la Revista SIC.

En 2016, el Vaticano envió una importante carta dirigida a Miraflores, donde se hacían unos planteamientos concretos.

En esta comunicación firmada por el Cardenal Parolin, la Santa Sede insistía en la necesidad de un proceso de diálogo verdadero basado en acuerdos que se respetaran, urgía a la implementación de medidas que permitieran aliviar la grave crisis humanitaria, destacaba la necesidad de avanzar por el “camino electoral” y resaltaba el inviolable respeto de los derechos humanos.

La vigencia del contenido de esa carta sigue siendo la única vía posible para superar la crisis venezolana en clave de paz.

José Gregorio Hernández

Parolin supo dar la lectura correcta a la crisis venezolana y lo hizo aprendiendo a vincularse con nuestra cultura, compartir con la gente, compenetrarse en las alegrías y penas, en las ilusiones y desencuentros de todos los venezolanos y, por supuesto, conocer la fe popular que nos sostiene y caracteriza.

Más que elocuente resulta el discurso que en octubre de 2019 ofrece en la Pontificia Universidad Lateranense, sobre la figura del Doctor José Gregorio Hernández. Comienza así su intervención:

Quienes conocen y aman a Venezuela no pueden sino conocer y amar al Dr. José Gregorio Hernández. Es parte del país como la luz y el aroma, el cuatro, la espuma del mar y el horizonte que el venezolano -dice la canción- lleva en la piel, en el corazón, en la sangre y en los ojos”.

El Cardenal Parolin expresó con una fuerza y una convicción conmovedora su relación y su encuentro con José Gregorio Hernández, pero no sólo con él y su testimonio, sino en la relación del hombre santo con todo un país.

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