No se come carne, ni se duerme con almohadas: Así es la megacárcel de Bukele

Los criminales más peligrosos de El Salvador permanecen tras las rejas en celdas de máxima seguridad dentro del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la mega cárcel construida bajo el gobierno de Nayib Bukele.
Conocida como la “megacárcel de Bukele”, el Cecot es el hogar de cientos de prisioneros que han sido acusados de asesinato, narcotráfico y mafia, y que pertenecen a peligrosas pandillas como la Mara Salvatrucha y Barrio 18, reseñó La Tercera.
Ahora este recinto también alberga a más de 200 miembros del Tren de Aragua, el peligroso grupo criminal conformados por venezolanos, que fueron deportados de Estados Unidos por el gobierno de Donald Trump.
Con un diseño imponente y casi sin acceso a la luz natural, este penal de ultra alta seguridad es descrito como “intensamente claustrofóbico” por periodistas de CNN.
“El trato cruel que reciben los hombres se ve claramente en todo Cecot”, escribieron los periodistas que visitaron la cárcel.
Lo primero que vieron fue más de 20 celdas grupales que albergan a unos 80 reclusos.
En ellas, destaca la limpieza meticulosa, pero también que los únicos muebles que existen son unas camas metálicas que no tienen colchones, sábanas y mucho menos almohadas.
Para el baño, hay un retrete abierto, un recipiente hecho de cemento y un cubo de plástico para lavarse.
De las 24 horas del día, los reos permanecen 23 horas y media encerrados en las celdas. En la media hora “libre”, pueden salir al pasillo central para hacer ejercicio o leer la Biblia.
Cuando es hora de comer, se les lleva platos de comida directamente a las celdas, pasándolos por una pequeña ranura. Nunca les sirven carne.
Lo que reciben para desayunar son frijoles, queso o una mezcla de arroz y frijoles. Tal vez plátano macho y una taza de café o atole (una bebida de maíz)”, le dijo a CNN el director del Cecot, Belarmino García.
Para el almuerzo, les sirven arroz, pasta y una bebida. Y la cena es igual al desayuno.
“Aquí no existe la carne, aquí no existe el pollo, aquí no existen los menús especiales para nadie”.
Ninguno de los 10.000 a 20.000 prisioneros que están en la cárcel volverá a tener privacidad ni comodidad.
Los guardias que los vigilan están completamente armados y enmascarados, y atentos a cada movimiento que sucede dentro y fuera de las celdas.
Tampoco hay momentos de oscuridad. Las luces del Cecot están encendidas las 24 horas del día, 7 días a la semana.
Además, destacaron la “obediencia” de los reos hacia sus guardias: en un momento, un oficial se acercó a una celda y les ordenó quitarse la camisa. “Lo hacen de manera sumisa e inmediata, revelando tatuajes de la MS-13 y Barrio 18″.
Si es que los prisioneros tienen alguna consulta jurídica o audiencia, hay una salas de hormigón en sus mismos sectores. Ahí también reciben visitas médicas, si es que lo requieren.
Pero además de ellos mismos, los guardias y algunos médicos, los prisioneros de Bukele no ven a nadie más. No está permitido recibir visitas de familiares o amigos.
Y para asegurar que nadie escape, todo el alrededor de la cárcel está protegida por vallas electrificadas, 19 torres de vigilancia y puestos de control en las afueras. Así, registran a cualquier persona o vehículo de forma meticulosa.
Tampoco hay señal para teléfonos y mucho menos Internet: “Las señales de los móviles desaparecieron cuando nos acercamos a la imponente puerta de acero de la prisión, la única forma de entrar o salir”.