El diario plural del Zulia

Antonio Ledezma | Resistencia, exilio y reconocimiento

«Queda evidenciado que la travesía de Edmundo González ha sido certera, ya que ha producido los resultados esperados para que él pueda honrar su irrenunciable compromiso de asumir la presidencia de la República en concordancia con el mandato soberano expresado por casi ocho millones de electores venezolanos.

Para llegar hasta donde hemos podido llegar, y más aún, para avanzar hasta donde estamos decididos a hacerlo, ha sido preciso asumir inmensas responsabilidades, imprevisibles riesgos y los más asombrosos sacrificios. Ha sido una ruta plagada de obstáculos en los que los retos van desde estar preparados para padecer la cárcel, el destierro y, hasta la misma muerte.

Lo magníficamente logrado el pasado 28 de julio es la resultante de esa capacidad de resistencia de una ciudadanía que ha sido capaz de sobreponerse a una seguidilla de adversidades, teniendo en cuenta que esos infortunios no sólo derivaban de la maldad del régimen dispuesto a cometer todo tipo de crímenes para sostenerse en el poder, sino que, en algunos casos, eran consecuencia de los dislates cometidos por los mismos factores que asumían circunstancialmente la conducción de la lucha opositora. En definitiva, han sido más de 25 años lidiando con un régimen que no ha escatimado nada para someter a la ciudadanía y buena parte de sus dirigentes.

Ese régimen devastador que ha cerrado medios de comunicación; que ha desatado una ola expropiatoria vulnerando el derecho de propiedad, todo con la finalidad de debilitar a los agentes económicos del país; que ha judicializado a los partidos; que ha criminalizado el derecho a disentir; que no se detuvo al momento de inhabilitar a nuestros dirigentes, ni de declarar en desacato a la Asamblea Nacional designada con un torrente de votos en las legislativas de 2015; un régimen represivo que acumula más de 17.970 detenciones arbitrarias entre 2014 y la presente fecha; que ha liquidado a más de ocho mil seres humanos por la vía extrajudicial; que ha saqueado las riquezas del país; que ha roto la unidad de las familias venezolanas; que ha hundido en la miseria a más del 90 por ciento de la población del país y ha destruido nuestras fuentes de riquezas como PDVSA, la CVG, la ganadería, la agricultura, etcétera, que ha desprestigiado al Banco Central de Venezuela, devaluado nuestro signo monetario y comprometido a la Nación con una gigantesca e injustificable deuda externa; que ha colapsado nuestro sistema hidroeléctrico, termoeléctrico y los sistemas de acueductos y plantas de tratamiento de agua cruda; que ha condenado al descuido absoluto las plantas físicas de universidades, escuelas, hospitales, teatros, ateneos, instalaciones deportivas, infraestructura vial, puertos y aeropuertos que se encuentran en pésimas condiciones.

Ese es el país que va a gobernar Edmundo González Urrutia. Nadie puede dudar de que se trata de un formidable reto para él y para María Corina Machado, líder de la lucha de resistencia. Ambos, basados en una unidad franca e indisoluble, lograron dejar atrás los desatinos e imponer una conducción coherente con una línea estratégica acertada que dio lugar a esa primera victoria del pasado 28 de julio. Serán objeto de investigaciones, análisis y de las más disímiles glosas, toda esa procesión de acontecimientos que van desde los acuerdos del diálogo de Barbados, la realización de las elecciones primarias, las inhabilitaciones, la selección de Edmundo como abanderado presidencial unitario, la inédita campaña electoral sin finanzas, sin acceso a los medios de comunicación, apenas contando con las herramientas digitales y con centenares de dirigentes apresados y los integrantes del comando de campaña asilados en la Embajada de Argentina. Así se escribió esta historia.

Luego llegó el momento de iniciar la batalla de las actas. María Corina y Edmundo lograron hacer pública la hazaña conseguida por los «comanditos» constituidos a lo largo y ancho de todo el país. Ambos presentaron las actas que demostraban la verdad del resultado de los escrutinios celebrados en los más de 15.797 centros de votación georreferenciados. Edmundo González había arrasado y Maduro quedó al desnudo con su descarado y repugnante fraude. Mención especial merecen los valerosos testigos de mesas que cumplieron gallardamente con sus tareas y los efectivos militares que desobedecieron las órdenes de impedir que las actas llegaran a sus manos.

La persecución contra Edmundo lo obligó a refugiarse en sedes diplomáticas, primero en la de Países Bajos y, seguidamente, en la residencia del embajador de España en Caracas. Fue allí donde se escenificó la trama de la amenaza de asaltar la residencia del diplomático español, consistente en someter a prisión a Edmundo González, reduciéndolo a una celda en la cárcel del Helicoide, en la que se desgastaría ante las torturas blancas que aplicarían los esbirros de Maduro, como aislarlo sin alimentación ni medicinas requeridas, manteniendo iluminado el recinto carcelario las 24 horas del día y aturdiéndolo con sonidos de altos decibelios. Edmundo optó por salir de ese atolladero y preservar su vida, con la convicción de que sería mucho más útil a la causa por la libertad de Venezuela operando como exiliado en España, desde donde sería posible desarrollar una agenda de trabajo acoplada a la estrategia compartida con María Corina , la líder corajuda que se mantendría en la clandestinidad dentro del territorio nacional.

Los escenarios contemplados por Maduro y sus asesores eran, entre otros, que Edmundo González no contradeciría la falsa proclamación de Nicolás Maduro efectuada en la madrugada del 29 de julio. Los pasos que ha venido dando Edmundo González dejaron enmudecido a Maduro, ya que, contrariamente a esos cálculos, el candidato verdaderamente ganador de esos comicios no ha cesado en defender ese laurel desde que pisó tierra ibérica. Otro escenario vislumbrado consistía en que se rompería la yunta formada entre Edmundo y María Corina, pero los hechos indican que más bien esa llave se ha fortalecido y,tal como lo ha declarado Edmundo González Urrutia: «María Corina y yo ahora estamos más unidos que nunca».

En más de tres meses de trabajo continuo, Edmundo se ha desplazado por los más variados tablados. Se ha reunido con presidentes, primeros ministros, cancilleres, líderes parlamentarios, voceros de los más antagónicos partidos políticos, encumbradas personalidades de instituciones como la ONU, la OEA, la UE y exjefes de Estado. Encuentros relacionados y atados a una estrategia compartida con la Plataforma Unitaria, en la que a la par interactúa con María Corina. En ese tiempo, también ha habido ocasiones para pronunciar discursos en foros, seminarios y atender a los medios de comunicación, teniendo que tramitar un promedio de ocho solicitudes de entrevistas por día. Todas esas incursiones apuntan a lograr su reconocimiento como presidente electo, tal como inicialmente lo hicieron el Congreso de Diputados de España y el Parlamento Europeo, hasta los más recientes pronunciamientos hechos en este sentido por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y la señora Georgia Meloni, presidenta del Consejo de Gobierno de Italia.

En conclusión, queda evidenciado que la travesía de Edmundo González ha sido certera, ya que ha producido los resultados esperados para que él pueda honrar su irrenunciable compromiso de asumir la presidencia de la República en concordancia con el mandato soberano expresado por casi ocho millones de electores venezolanos.

Editado por los Papeles del CREM, 16 de diciembre del año 2024. Responsable de la edición: Raúl Ochoa Cuenca. [email protected]
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