La devastadora tragedia de los niños desaparecidos en las inundaciones de Valencia

Ese fatídico día, Víctor Matías, como todos los padres en Valencia, cambió rápidamente sus planes ante lo que parecía un desastre inminente. A pesar de la intensa lluvia, pudo salir temprano del trabajo y recoger a sus niños, Izan, de 5 años, y Rubén, de 3 años, de la guardería. Planeaba prepararles su cena favorita, croquetas, mientras su esposa Marta terminaba su turno en el supermercado local.
El relato de lo que ocurrió después lo ha logrado reconstruir la BBC por medio de los testimonios de vecinos y familiares, así como de lo que Víctor pudo recordar y de otras narraciones de primera mano que se ofrecieron a los medios locales.
La angustiosa historia de la familia Matías ha captado la atención en toda España, con numerosas personas siguiendo las actualizaciones sobre "Los niños desaparecidos", como se les ha descrito reiteradamente. Sin embargo, esta tragedia familiar es también el lamento colectivo de muchas personas en la región de Valencia, que se vio arrasada por inundaciones repentinas hace casi dos semanas, dejando al menos 219 muertos y más de 90 personas aún desaparecidas.
Visitar la vivienda de la familia Matías nos permitió comprender la magnitud de la catástrofe, causada por una cantidad de lluvia equivalente a la de un año entero, que cayó en sólo unas horas en algunas partes de Valencia. La potente corriente arrastró contenedores de camiones y coches, alterando todo a su paso.
Jonathan Pérez, vecino de los Matías, nos ayudó a visualizar la secuencia aterradora de eventos, describiendo el poder incomprensible de las aguas. Según Jonathan, un camión fue arrojado contra la casa de la familia Matías, y Víctor, en un intento desesperado de proteger a sus hijos, se los llevó en brazos, pero el torrente los arrastró.
Víctor fue rescatado cuatro horas más tarde, a más de 200 metros de distancia, aferrado a un árbol. Según su madre, estuvo tentado de rendirse y dejarse llevar por la corriente, pero se resistió, pensando en su esposa.
El lugar seguro que era su hogar se convirtió en un terreno mortal debido a su cercanía a un estacionamiento de camiones. La familia y los vecinos de los niños continúan buscándolos incesantemente, pero hasta la fecha, a pesar de la ayuda de los cuerpos de seguridad y de voluntarios, los pequeños Izan y Rubén no han sido encontrados.
Mientras tanto, las protestas ciudadanas van en aumento, exigiendo la renuncia del jefe de la Región de Valencia por el manejo de la respuesta a las inundaciones. La angustia y la indignación se intensifican, mientras la historia de Izan y Rubén, los niños desaparecidos, continúa sin resolverse.