El esquivo rastro del "Tren de Aragua" enciende las alarmas en Estados Unidos

En los últimos meses, tres palabras en español han ganado relevancia en el discurso político de Estados Unidos: "Tren de Aragua". Aunque los reportes sobre la presencia de esta banda criminal de origen venezolano en el país habían surgido esporádicamente, el grupo ha sido recientemente catapultado al primer plano de la conversación política, impulsado por líderes republicanos que señalan la política migratoria del presidente Joe Biden como responsable de su actividad.
Este tema ha cobrado fuerza en medio de la campaña para las elecciones presidenciales, en las que la inmigración es uno de los temas clave. Con incidentes registrados desde Texas hasta Nueva York y desde Florida hasta Colorado, el "Tren de Aragua" se ha convertido en el nuevo blanco de las críticas conservadoras, especialmente en medios afines al Partido Republicano, reseña El País de España.
Estas plataformas le han dado amplia cobertura, muchas veces sin pruebas concluyentes, contribuyendo a su consolidación como el villano abstracto en el debate migratorio.
Sin embargo, las autoridades estadounidenses aún tienen poca información sobre la magnitud de la organización y su nivel de coordinación en el país. El frenesí mediático en torno al "Tren de Aragua" comenzó hace apenas un mes, cuando circularon imágenes que supuestamente mostraban a miembros de la banda armados, irrumpiendo en viviendas en Aurora, Colorado.
Titulares sensacionalistas afirmaron que la pandilla había "tomado" la ciudad, un término que incluso utilizó el expresidente Donald Trump durante un debate con Kamala Harris.
No obstante, la policía local negó que la banda hubiese ocupado la ciudad, aunque admitió la posible presencia de algunos sospechosos vinculados al grupo.
Las autoridades responsabilizan al "Tren de Aragua" de varios robos en tiendas de lujo y de un homicidio en el área metropolitana de Denver.
Una "organización terrorista"
La narrativa republicana sobre el "Tren de Aragua" se ajusta perfectamente a la postura antiinmigración de Donald Trump. El expresidente ha repetido en varias ocasiones que Venezuela, junto con otros países, está "vaciando sus cárceles" y enviando criminales a Estados Unidos, aunque nunca ha presentado pruebas concretas.
Pese a la falta de evidencia, la presencia de la banda, aunque sea limitada, ha sido aprovechada para alimentar su retórica sobre el vínculo entre migración y criminalidad.
En respuesta, la administración Biden incluyó al "Tren de Aragua" en la lista de organizaciones criminales transnacionales en julio, junto a otros grupos como la "MS-13" o la "Camorra italiana", y ofreció una recompensa de 12 millones de dólares por la captura de sus líderes.
Además, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, declaró al "Tren de Aragua" como una organización terrorista y lanzó un grupo especial para combatir su presencia en el estado.
En ciudades fronterizas como El Paso, donde se clausuró un hotel debido a la actividad criminal relacionada con la banda, la policía ha identificado un aumento en los delitos atribuidos al grupo, aunque no fueron los únicos responsables señalados.
La banda, que tiene sus orígenes en la cárcel de Tocorón (Aragua) en Venezuela, ha sido señalada por su implicación en una variedad de crímenes, desde tráfico sexual hasta extorsión.
En ciudades como Chicago y Nueva York, la pandilla ha sido vinculada a delitos como robo de teléfonos móviles, tráfico de drogas y el comercio de "tusi", una droga sintética.
Según la policía neoyorquina, el "Tren de Aragua" ha extendido sus operaciones delictivas en la ciudad, centrando sus actividades en los atracos de mercancías de lujo.
A pesar de la creciente preocupación, los investigadores aún tienen pocas certezas sobre el alcance de la organización en EE. UU. Se sospecha que los miembros de la banda se conectan a través de refugios para migrantes y grupos privados de WhatsApp, pero el nivel de coordinación entre ellos sigue siendo un misterio.
Los detenidos que presuntamente forman parte del "Tren de Aragua" han revelado algunas características comunes: tatuajes de relojes, anclas y coronas, y ropa de la marca Jordan, además de referencias en redes sociales a la bandera de Albania.
Situación confusa
En Venezuela, la situación en torno al "Tren de Aragua" también es confusa. Hace un año, el gobierno de Nicolás Maduro afirmó haber desmantelado la banda tras retomar el control de la cárcel de Tocorón.
Sin embargo, desde entonces, los reportes sobre sus actividades en América Latina han aumentado. Las autoridades venezolanas han negado la existencia de la pandilla o han calificado su presencia como una "ficción mediática".
Recientemente, Diosdado Cabello, alto dirigente chavista, acusó a la banda de estar involucrada en un complot para asesinar a Maduro tras las elecciones de julio, lo que añade otra capa de confusión.
Mientras tanto, en EE. UU., la creciente preocupación por la banda ha llevado a las autoridades a reforzar sus protocolos de seguridad en la frontera, inspeccionando minuciosamente a los migrantes en busca de tatuajes y realizando entrevistas más detalladas.
El miedo y la desconfianza hacia los migrantes venezolanos crecen, impulsados por los titulares alarmistas y la incertidumbre sobre la verdadera amenaza que representa el "Tren de Aragua".