Perseguidos por Gobierno venezolano viven un "calvario" en Colombia, asegura Semana
Los refugiados hasta el momento solo cuentan con un salvoconducto que les permite residir en el país de manera legal, pero sin la posibilidad de trabajar. Para estos venezolanos, la demora significa una prolongada incertidumbre
Al menos 230 líderes venezolanos han solicitado al gobierno de Gustavo Petro que se les reconozca el estatus de asilados, aseguró el medio Semana. A pesar de estar a salvo de la persecución política, enfrentan una realidad paralizante: no pueden trabajar, y la Cancillería colombiana no ha acelerado sus trámites.
Entre ellos está Luis Gonzalo Pérez, videógrafo de la líder opositora María Corina Machado. Pérez, de 33 años, vivió sus últimas semanas en Venezuela oculto en casas de seguridad de la oposición, luego de que el gobierno de Nicolás Maduro lo señalara como el “periodista número uno” a capturar bajo cargos de terrorismo.
Fue la propia Machado quien le informó sobre la orden de captura en su contra y le aconsejó que no saliera más de su escondite para proteger su vida.
El 15 de agosto, Pérez emprendió una huida desesperada en plena madrugada. Tras un angustioso trayecto de 16 horas por carretera, escapó con apenas dos camisas, dos pares de medias y un morral con sus documentos.
Su historia es solo una de las tantas que viven los venezolanos que han llegado a Colombia en busca de refugio, perseguidos por el Gobierno de Maduro debido a su activismo político, la defensa de los derechos humanos o su labor periodística.
Pese a que todos estos refugiados han solicitado a la Cancillería colombiana el reconocimiento oficial de su estatus, hasta el momento solo cuentan con un salvoconducto que les permite residir en el país de manera legal, pero sin la posibilidad de trabajar.
Las organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación, señalando que el proceso de refugio en Colombia puede tardar hasta tres años en resolverse.
Para estos perseguidos, la demora significa una prolongada incertidumbre, mientras luchan por reconstruir sus vidas lejos de su país, donde su retorno podría costarles la vida.