María Victoria Murillo: “Las sanciones solo generan sufrimiento a la ciudadanía”

En entrevista con el diario La Nación, de Buenos Aires, María Victoria Murillo, directora del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, habla sobre los eventuales escenarios para una transición en Venezuela.

La transición requiere aliados dentro del régimen que prefieran una salida negociada a la posibilidad de una revolución más adelante, que reconozcan la legitimidad electoral. Si el régimen se abroquela contra la transición es muy difícil que esta ocurra”, sostiene. Esta es la conversación integra.

–¿Considera que la presión internacional –vía diplomacia o sanciones- puede tener algún efecto sobre el gobierno de Maduro?

- Las sanciones demostraron ser incapaces de lograr el cambio de régimen y solo generan sufrimiento a la ciudadanía. La experiencia de Guaidó demostró su ineficacia. La diplomacia fue lo que llevó a que hubiera elecciones competitivas aunque la cancha estuviera desnivelada.

Las experiencias de Nicaragua en 1990 y Chile en 1989 muestran la importancia de una oposición organizada y de la presión internacional, de los países escandinavos en el primer caso y de Estados Unidos en el segundo. En ambos casos, el control de las fuerzas armadas les daba garantías a Ortega y a Pinochet tras la transición y ese también sería el caso en Venezuela. La diferencia es que Nicaragua dependía de la asistencia financiera externa y la influencia de Estados Unidos en Chile era importante tanto en lo ideológico como en lo material. En el caso venezolano, la mayor influencia la tendrían China y Rusia, que reconocieron inmediatamente a Maduro y no tienen incentivos para promover la democracia".

"Los únicos actores con incentivos para promover la transición son Brasil y Colombia, y en menor medida, México. No solamente tienen el incentivo migratorio que causaría esta crisis, sino también gobiernos de izquierda con llegada a Maduro. Antes de la elección, estos países no presionaron por veedores electorales independientes ni mandaron observadores propios, con lo que anularon su propia posibilidad de documentar el fraude. Sin embargo, la combinación de un fraude burdo y una terrible represión aumenta los costos domésticos empujando a la intervención. Por ahora, sin embargo, la mediación de estos tres países y especialmente Brasil, que parece ser reconocida por la oposición, no ha dado resultados. Más allá de las garantías que pueden ofrecerle a Maduro junto a Estados Unidos para que no termine preso y mantenga su riqueza, estos países no logran presionar a Maduro porque Venezuela no tiene dependencia alguna de ellos".

–¿Qué herramientas tiene la oposición, esta vez unificada y con mayor apoyo interno, para lograr un final distinto? ¿Hay margen para negociar una transición?

- La oposición se unificó y estableció un dispositivo electoral impresionante con fiscales en todas las mesas, lo que le permitió reproducir los resultados electorales y dar cuenta de su victoria con evidencia de las actas generadas en las mesas de votación. Tras muchas experiencias de dispersión y abstención, esta vez ha logrado organizarse bajo el liderazgo de Machado.

La otra novedad vinculada a la amplia organización territorial es la inclusión de los sectores populares e incluso los más pobres, que sufren el grueso de la larga crisis económica, la represión policial del gatillo fácil y la violencia organizada, y que nunca antes se habían identificado así con la oposición. Eran los sectores que habían dado origen al chavismo. Estos sectores, como muchos dirigentes que fueron chavistas, ahora se oponen a la dictadura de Maduro. Se vio con las protestas, que, por primera vez, sumaron a los barrios en forma masiva. Y ellos son los que sufren también la represión que involucra no solamente a la policía y al ejército sino también a los colectivos, milicias vinculadas a actividades ilícitas que defienden al régimen.

–Las primeras reacciones tras el anuncio del CNE fueron protestas ciudadanas, a las que el gobierno respondió con represión. Después de las experiencias de 2014 y 2017, ¿podría haber un cambio en Venezuela impulsado desde las calles?

- El costo de esta represión a quienes fueron las bases chavistas con las fuerzas armadas y la policía podría generar presiones internas sobre Maduro que aún no hemos visto. Hugo Chávez adjudicaba a la represión del ejército sobre estos sectores durante el Caracazo su decisión de entrar a la política. El ejército ahora tiene mucho más que perder dada su vinculación con los negocios del gobierno, pero no sabemos qué pasa entre los rangos inferiores.

–En resumen, ¿podría haber esta vez una salida para la crisis de Venezuela? Y si no, ¿qué condiciones faltan?

- No conocemos bien lo que ocurre dentro del régimen y tampoco estamos al tanto de las negociaciones que parecen estar ocurriendo. La transición requiere aliados dentro del régimen que prefieran una salida negociada a la posibilidad de una revolución más adelante, que reconozcan la legitimidad electoral. Si el régimen se abroquela contra la transición es muy difícil que esta ocurra.