“Explotó un carro bomba, un camión de bombonas”: cuando el pánico se apoderó del Centro

Se repitió la historia, 17 años después de aquella trágica explosión de un depósito de fuegos artificiales en “Las Playitas”, en diciembre de 2006, que dejó ocho fallecidos. Otro estruendoso estallido, acompañado por una humareda negra y las desesperantes sirenas de emergencia, ocurrió en pleno centro de Maracaibo, este viernes 15 de septiembre. Esta vez fue un transformador de pedestal.
Pasada las 11:00 a.m., tras el intenso “palo de agua” que sorprendió a la ciudad, los marabinos habían retomado su cotidianidad. Unos compraban en “Ciudad Chinita”, otros realizaban trámites en Tribunales y muchos más simplemente transitaban por la calle 95, con dirección a la Basílica o a la sede de Panorama.
Justo ese fue el caso de Jonathan Eric Fuenmayor García, un hombre de 45 años y natural del sector Alto de Jalisco, quien caminaba muy cerca de la jardinera del centro comercial Ciudad Chinita, cuando sobrevino la tragedia.
La intempestiva explosión del transformador de piso color verde, ubicado en el costado derecho del “mall” y entre unos arbustos que fungen como cerca perimetral, sorprendió al infortunado. No solo el fuego abrasó toda su humanidad, el aceite que usa el equipo para su enfriamiento, también lo bañó por completo.
En redes sociales se viralizaron cruentos y dramáticos videos, en el que se observan a la víctima aún con vida. Estaba bocarriba, con los brazos en alto y gritando del dolor, movía levemente su cadera, quizás buscando sofocar el ardor.
Ubaldo Martínez, un técnico en refrigeración que se encontraba de compras en el centro comercial, relató a Versión Final lo que vivió tras la explosión: “De pronto se sintió un bajón de luz y todo el mundo salió corriendo porque cerraron las tiendas; se veía una humazón, una llamarada, era el transformador que estaba encendido”.
“Cuando salimos –continuó- los bomberos ya estaban en el sitio tratando de apagar las llamas, llegaron muy rápido. Entre la humareda, estaba el cuerpo tendido del muchacho en medio del pavimento, los bomberos luego se abocaron a atender a la víctima”.
Antonio Echarri, taxista que trabaja a un costado del centro comercial, también relató lo sucedido: “Estábamos sentados ahí (cerca del estacionamiento) cuando sonó la explosión, mi amigo pensó que era un camión de bombonas (de gas) que había explotado, pero cuando miramos estaba en llamas el medido de corriente”.
El trabajador del volante aseguró que están vivos de milagro. “Nos salvamos por las matas que están alrededor del medidor, porque el viento y el humo que agarró hacia donde estábamos nosotros. La persona quemada iba por todo el medio donde explotó el transformador y lo lanzó a la carretera. Sacamos unos botellones de agua y unos extintores para tratar de ayudar, pero estaba muy quemado”.
Por su parte, un funcionario policial que se encontraba en la escena del suceso relató: “Estaba dentro de tribunales con un compañero porque trasladamos a un detenido y esperaba que el juez terminara de atenderlo, cuando de repente escuché la explosión y pensé que era un atentado, un carro bomba”.
El uniformado precisó que salió de inmediato del Palacio de Justicia para prestar apoyo y además que todo el edificio se quedó sin electricidad, a la igual que varias cuadras aledañas. La escena era dantesca. Los bomberos intentaban sofocar las llamas del transformador y al mismo tiempo procuraban atender Jonathan Eric.
El hombre fue trasladado al Hospital Universitario, donde ingresó con quemaduras en 100% de su cuerpo y falleció casi al instante. Hasta el cierre de esta edición las autoridades no se habían pronunciado sobre las causas de lo ocurrido. Apenas 48 horas antes, Maracaibo vivió al menos nueve bajones en menos de cuatro horas, debido al colapso del sistema eléctrico.